La miel nació y evolucionó con la humanidad. De hecho, hay registros de la existencia de este alimento hace más de 60.000 años, cuando no solamente se empleaba como comestible sino para sanar heridas; hacer más longeva a la población e, incluso, como símbolo de la espiritualidad profunda. Hacemos un recorrido por la historia de la miel y las culturas que la han usado a lo largo del tiempo.
La miel en la prehistoria
Las productoras de miel, las abejas, surgieron hace unos 65.000 años. En países sudafricanos es donde primero se comenzó a producir este alimento, hace 20.000 años, tal y como demuestran las pinturas ruprestres que se han encontrado en países como Namibia.
Por otro lado, hay constancia de que se produjera miel en la prehistoria en la Península Ibérica, donde este producto no solo se usaba como alimento sino, también, como combustible para las lámparas que se empleaban en las cuevas.
En el Antiguo Egipto ampliaron el uso de la miel. Esta comenzó a emplearse como conservante para la carne; para producir cerveza; como cosmético y en la cura de diversas heridas y el tratamiento de las cataratas. Por su parte, en la Antigua Grecia la miel era un alimento imprescindible. Hipócrates la empleó para sanar úlceras, afecciones cutáneas y el dolor en general. Por último, en el Imperio Romano, la miel se ingería como alimento y se aplicaba en la conservación del pescado y la fruta.
La miel de la Edad Media a la actualidad
Durante la Edad Media (siglos V al XV d. C.), se usó la miel como único edulcorante. Además, se utilizaba la cera de abeja para elaborar velas. La apicultura como actividad económica comenzó su andadura en zonas con baja demografía, una agricultura poco atractiva y muchas flores. Asimismo, en los siglos XIII y XIV aumentó el número de colmenas.
En el siglo XVI surgió la caña de azúcar, por lo que la miel dejó de ser el único endulzante y hubo de hacer frente a su competidor.
En la actualidad, España es el primer productor de miel de la UE, aunque el consumo de este alimento no llega al kilo por persona y año. Un dato que contrasta con el de países comunitarios, donde se superan los dos kilos de consumo por cabeza. Además, en los últimos años se ha incrementado el número de colmenas en un 50 %.
La luna de miel: una costumbre romana
La miel ha sido consumida por todas las culturas. Y, en cada una de ellas, este alimento ha tenido un significado a cuál más especial. Griegos, egipcios, romanos e incluso cristianos han otorgado a la miel un lugar muy destacado.
- Egipcios. Esta civilización consideraba que la miel provenía de las lágrimas del Dios Ra (Dios del Sol), al que atribuían el origen de la vida. Por ello, este alimento se usaba como ofrenda religiosa.
- Romanos. Utilizaban la miel como alimento para potenciar la longevidad. De hecho, había varias personas que superaban los 100 años. Uno de ellos era Asinio Pollión Romilis, quien, al cumplir la centuria, explicó la razón de sus muchos años de vida: «Aceite por fuera y miel por dentro».
Otra costumbre muy bonita ligada al uso de la miel que los romanos han plasmado en la historia es la llamada «luna de miel». Esta expresión se debe a que la madre de la novia depositaba en la mesilla de noche de los recién casados una vasija con miel para «reponer fuerzas». Este gesto se alargaba durante todos los días que los novios estaban disfrutando de su estrenado matrimonio. En la actualidad, la costumbre es hacer un viaje para conmemorar el enlace.
- Griegos. En esta cultura, también se usaba la miel como sustento para aumentar la longevidad de las personas. Hipócrates la recomendaba para tal fin y se consideraba un comestible para alcanzar la espiritualidad más profunda, ya que era el alimento de los Dioses del Olimpo.
- Cristiana. La Biblia ha dedicado sendos pasajes a hablar de la miel.
- Judía. Para esta cultura, la miel tiene un enorme valor simbólico, pues es un regalo de dios. Además, es costumbre comer manzanas bañadas en miel la primera noche del año. Los días siguientes al 1 de enero, se ingiere jalá untada en miel.
Hidromiel: precursora de la cerveza
Conocida también como «aguamiel», esta bebida alcohólica está elaborada con agua y miel fermentada. Se cree que surgió antes que la cerveza y fue consumida por prácticamente todos los pueblos: griego, romano, celta, sajones, normando y vikingo.
La elaboración de la hidromiel es similar a la de la cerveza, aunque no se usa malta. Tan solo se mezcla agua con miel, y se usa levadura para fermentar. De igual modo que la miel, esta bebida también posee propiedades beneficiosas para la salud, a pesar de que no se usa como sustituta de ningún medicamento.