¿Sabías que los orígenes de la lata de conserva se remontan al siglo XVIII? Fue entonces cuando el francés Nicolas Appert tuvo la brillante idea de crear un novedoso sistema de conservación de alimentos al vacío. Posteriormente, daría lugar a la fabricación industrial de latas como las que usamos para nuestros exquisitos espárragos El Navarrico y que puedes encontrar en nuestra tienda online de productos tradicionales con la mejor relación calidad-precio.
Veamos con más detalle cuándo nacieron las latas de conserva y su evolución a lo largo de la historia. Es, cuanto menos, curiosa.
Para los marinos y los ejércitos del siglo XVIII, encontrar un sistema válido de conservación de alimentos se había convertido en algo de vital importancia, pues era el único modo que tenían de alimentarse durante los largos viajes oceánicos. Las conservas tradicionales como la salazón de pescado o carne se mantenían en buenas condiciones durante un tiempo muy limitado, con el consiguiente perjuicio que suponía para la salud su consumo, por no hablar del mal sabor.
Así pues, en el año 1975, el confitero Nicolas Appert pensó en colocar los alimentos en un bote de cristal, cerrarlo herméticamente y hervirlo durante unos minutos para eliminar los microorganismos. De este modo, la comida mantenía su sabor al máximo y se conservaba en óptimas condiciones por más tiempo. Appert terminó abriendo una fábrica con varias docenas de trabajadores con el objetivo de suministrar tarros de comida en buen estado a la marina francesa durante los convulsos años de guerra.
Ya en 1810, Nicolas recibió un premio de 12 000 francos por parte del Gobierno francés a cambio de la publicación de tan innovador método en un libro del que se lanzarían varias ediciones con gran éxito.
Fue justo en este punto de la historia cuando otro francés, Philippe de Girard, viajaría a Londres con la intención de sacar beneficio económico del invento. Sin embargo, hizo algunas variaciones sobre la idea original: usaría recipientes de hojalata (láminas de hierro bañadas en estaño) en vez de botes de cristal. Encontró en Peter Durand el socio perfecto y juntos hicieron demostraciones a la Royal Society de la capital británica.
En 1811, Durand decidió vender la patente a otro gran empresario e inventor, Bryan Donkin, que tan solo dos años más tarde abriría la primera fábrica de latas de conserva de la historia. Haciendo gala de sus buenas dotes comerciales, dio a probar sus productos a los duques de Wellington y de York que, a su vez, se los ofrecieron a la reina y al regente, que se mostraron encantados y dieron su aprobación al resultado final.
Por otra parte, Joseph Banks, gran personalidad inglesa de la época, tuvo la oportunidad de probar una lata dos años y medio después de su envasado y afirmó que estaba en perfecto estado de conservación. Fue entonces cuando Donkin se convirtió en el proveedor oficial de alimentos enlatados para la marina británica, aunque en los inicios su uso estaba limitado para los soldados enfermos.
A partir de 1821 y pese al cierre de la fábrica de Donkin, muchas otras se abrieron por toda Europa y América tomándole el relevo.
La lata de conservas tal y como la conocemos hoy en día comenzó a comercializarse en el 1830 en los comercios londinenses. No resultaba fácil abrirlas. Por ello, en 1866 llegó al mercado la lata con llave incorporada por parte del neoyorquino J. Osterhoudt. Se trataba de una llave pegada a la tapa, por lo que tan solo era necesario despegarla ligeramente y enrollarla sobre la llave con un sutil giro.
Pero ¿para qué tipo de alimentos se usaban las latas de conserva? El envasado del cacao en polvo para una mejor conservación en 1828 causó furor entre la población, pues podían degustar una humeante taza de chocolate caliente en cualquier momento del día.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se empezó a enlatar la leche en polvo y el huevo en polvo. De hecho, formaban parte de la alimentación de las trincheras, así como las latas de sardinas, de atún, la carne enlatada y las latas de pasas, que se conservaban de modo excelente durante meses.
A continuación, te presentamos un timelapse a modo de resumen de los acontecimientos históricos más importantes:
En definitiva, la aparición de la lata de conserva supuso un antes y un después en el sistema de conservación de los alimentos. Desde entonces y hasta nuestros tiempos, nunca ha dejado de utilizarse.
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