Castilla La Mancha es tierra de buenos quesos. No en vano, podemos presumir de contar con la Denominación de Origen Protegida con mayor prestigio de toda España. El Queso Manchego es un manjar que se elabora de forma artesanal y con el que podemos preparar un sinfín de recetas. Un ingrediente que, sin duda, aportará sabor y originalidad a tus platos.
¿Te apetece aprender a cocinar algunas elaboraciones sencillas? Este producto rico en vitaminas, proteínas y minerales te ayudará a mantener una dieta equilibrada. Dependiendo de tus gustos y preferencias, puedes usar el curado o el semicurado. Te recomendamos por ejemplo alguno de los exquisitos Quesos Vega Sotuélamos.
Después de conocer las bondades del queso originario de la tierra de Don Quijote, seguro que ha aumentado tu interés por descubrir el secreto de las recetas que tenemos preparadas para ti. Por eso no vamos a entretenernos más y pasaremos a brindarte varias ideas con las que sorprenderás a tus comensales. Por supuesto, todas ellas están abiertas a que improvises y añadas un poco de tu cosecha propia.
Tan exquisito como sencillo de preparar. Basta con que cortes unas cuantas cuñas en forma triangular, las reboces en harina, huevo batido y pan rallado y las eches a la sartén en aceite muy caliente. Déjalas un par de minutos o hasta que estén bien doradas y sírvelas como entrante o a modo de aperitivo. Con salsa romesco te quedarán deliciosas.
Un plato muy nutritivo y ligero al cual el queso manchego le dará un punto de sabor espectacular. Empieza por dorar las verduras que vayas a añadir a tu receta en aceite de oliva, con un poco de ajo y cebolla. Te sugerimos que le pongas champiñones, berenjenas, calabacín, puerro y zanahoria, aunque aquí está permitido que sustituyas algunas por otras que sean más de tu agrado.
Después agrega el arroz, sofríe todo junto y ve echándole caldo de ave o verduras hasta que cueza. Cuando todo esté en su punto, ralla un poco de queso y espolvoréalo por encima, si quieres con un poco más de aceite hasta que quede a tu gusto.
Esta receta es perfecta para el primer plato de tu menú, que puedes cocinar cualquier época del año puesto que está igual de rica si la sirves fría como caliente. Puedes añadir patata, puerro, calabaza, zanahoria y cualquier ingrediente que se te antoje. Póchalo todo muy bien y cuece junto a los tacos de queso manchego, añadiendo un poco de caldo y, si lo deseas, nata líquida. Por último, para conseguir la textura adecuada, puedes usar un mortero o pasar la mezcla por la batidora.
Tan sencillo como cortar el queso manchego a taquitos y fundirlos en una sartén con aceite, harina, leche y mantequilla. Una vez obtengas una masa sólida, lo siguiente será dar forma a las croquetas, rebozarlas en huevo y pan rallado y freírlas a 175 grados, aproximadamente. Para darle un toque especial, puedes añadir trocitos de jamón a la mezcla inicial.
Son unos bollitos que se preparan muy fácilmente y los puedes servir como bocado para un entrante o bien para una merienda o recena. Llevan un poco de pimentón, además del chorizo, lo que les da un sabor picante muy sugerente. Si no eres muy amante, siempre puedes sustituirlo por pimentón dulce. Estos panecillos son originarios de la cocina inglesa.
El queso manchego va muy bien para estas elaboraciones que están muy de moda, sobre todo entre quienes apuestan por el tapeo. Ligará a la perfección con cualquier ingrediente que le pongas a la tosta, como anchoas, lomo, pimiento asado, membrillo, etcétera. En realidad, es una receta que se presta a la improvisación y a la que podrás imprimirle tu sello personal muy fácilmente.
Nos pasamos ya a los postres para recomendarte un clásico que hará las delicias de cualquier amante de la repostería. Mezcla el queso manchego con huevos y leche y bátelo todo hasta que quede una masa homogénea. A continuación, repártela en un molde que meterás en el horno a 160 grados durante unos 20 minutos. Cuando se enfríe podrás aderezar la tarta con lo que quieras, como fresas laminadas, dulce de membrillo, mermelada de frambuesa…
Otro postre casero al que el queso manchego le dará un punto exquisito. Bate entre tres y cinco huevos, dependiendo de la cantidad que quieras hacer, y añádele el queso rallado con nata, leche y azúcar. Cuando la mezcla adquiera una textura homogénea, repártela en moldes, a los que previamente puedes ponerles un poco de caramelo líquido. Por último, calienta al baño María hasta que cuajen y déjalos enfriar en la nevera.
Para preparar estas recetas que te hemos regalado, te proponemos que apuestes por los buenos quesos manchegos que encontrarás en nuestra Tienda Los Molinos. No te arrepentirás de confiar en nosotros.
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